Viaje a una Mallorca distinta para hacer senderismo y visitar pequeñas calas

Las Maravillas de Mallorca a golpe de zapatilla

Las maravillas de Mallorca a golpe de zapatilla


Hoy una amiga nos traslada lo mejor de su viaje a Mallorca, como conocerla a pié de calle, en un viaje distinto a los habituales a esta conocida isla.

Para desconectar y descansar de verdad Mallorca es una gran opción.
Está a una hora de Madrid y un poco menos de Barcelona.
Palma de Mallorca es una capital muy manejable, apenas hay tráfico, y se puede ir a lugares
Banyalbufar
paradisíacos a tan solo media hora del centro de la ciudad.
Este año he decidido estar más tiempo que otros años.
No he dejado de ir ni un solo día a bañarme al mar.
Una imagen como esta me relaja, me hace olvidar el cemento y la polución y saber lo que es bueno.
Aunque ya había ido en años anteriores a calas más o menos escondidas de rocas, este año me he dado cuenta de que son en realidad lo que más me gusta.
No es fácil encontrarlas, pero todo es proponérselo y preguntar a alguien que sí las conozca. Imprescindible llevar gafas de buceo, tubo y unas aletas si queréis hacer snorkel, ver los peces y demás cosas submarinas.
Mirador de Ses Animes o Torre de Verger
La Serra da Tramuntana tiene algunos lugares increíbles como este, en Banyalbufar.
En lugar de ir al Arenal cogimos la alternativa de la cala a la que se accede por Finca San Antonio.
Pasado el mirador de Ses Ànimes o torre d'es
Verger hay un camino que baja a la costa.
Acaba en un embarcadero de aguas cristalinas al que acuden los vecinos de Sa Pera de s'Ase.
Como lo suyo es ir a las calas por las tardes, cuando no aprieta tanto el calor, después se puede aprovechar para ver una puesta de sol espectacular.
La de Banyalbufar me deja sin aliento.
Esta es la torre d'es Verger, a las afueras de Banyalbufar:
Desde la terraza de Son Tomàs, ya en el pueblo, aunque no se ve el sol tocar el mar, también se puede disfrutar de este magnífico perfil con una cerveza fresca.
Y un buen sitio para comer que hemos descubierto es Pegasón y el Pajarito Enmascarado (Calle Pont, 2), con platos muy sanos, originales y ricos.
Cala Deia
En Cala Deià, basta con coger un camino que sale desde el párking para llegar a una cala en la que estás prácticamente solo.
Si no me lo hubieran mostrado, ni se me hubiera ocurrido ir.
Esta foto es de Cala Deià, preciosa en un día en el que la mar estaba calmada.
Todavía más cerca de Palma también hay grandes opciones, como Cala Cap Falcó, pasado Magalluf.
Tiene chiringuito, hamacas, etc., pero está muy bien.
Castell de Bellver
En una caminata de 10 km (ida y vuelta) acabamos en un mirador con vistas a Cala Major, una playa mítica junto a Palma marcada por el desarrollismo de los 70.
Un lugar estupendo para caminar por Palma, en plena naturaleza, es el Castell de Bellver.
La subida es facilísima aunque lo mejor es perderse por el bosque.
Donde puede encontrarse una placa homenaje a los presos republicanos que construyeron el camino que llevaba desde Palma hasta las cuevas del castillo, en las que se almacenaba combustible y explosivos durante la guerra civil.
Cueva Castell de Bellver
Esta es una de las entradas a la cueva, por el bosque.
Y antes de acabar, otra de las cosas que desconocía del verano palmesano, los Sanfermines del Bar España.
Para el año que viene que no faltaré con el pañuelo rojo y pantalón y camisa blanca.
Buenísimo el torero y los toros de cartón piedra que a duras penas correteaban entre la gente.

Un viaje genial... y distinto a todo lo que había hecho en Palma.
Espero os pueda servir para visitar alguna de las cosas que a mi tanto me gustaron.