Callejeando por Altea. Paseo Marítimo y subida al casco antígüo de Altea

Bienvenido al casco antígüo de Altea

Altea el mirador del Mediterráneo


Este pasado verano en una escapada que hicimos a la costa de Alicante, tuvimos el privilegio de pasar un día en Altea, un pueblo que no conocía y que me dejó impresionado por sus callejuelas, miradores y paisajes.
Situado en la provincia de Alicante, a pocos kilómetros de Benidorm, Altea es un pueblo donde se conjuga todo, mar y montaña.

Paseo Marítimo de Altea. Paseo Joaquín Planell
Empezaremos nuestro paseo por el frente que da al mar...
El Paseo Marítimo de Altea (denominado paseo Joaquin Planell de Altea) se extiende a lo largo de la costa del pueblo durante un par de kilómetros, serpenteando con la costa del municipio.
Precioso para dar un paseo, sentarse a tomar una caña en una terraza... caminar con tu pareja, o comer en alguno de los múltiples restaurantes que lo pueblan.
Playa de Cantos Rodados en Altea
Con una amplitud considerable e incluso un carril bici, el paseo marítimo de Altea es ideal para relajarse mirando el mar, y escuchando el murmullo del agua en alguna de las playas de cantos rodados que me resultó tan curiosa de ver y con un sonido tan relajante y particular.
Desde ella hay una de las estampas más bonitas de Altea. (Ver foto de la izquierda)
Comercio, hostelería y relax se dan cita en el Paseo Joaquín Planell, en un camino que tiene claramente dos vertientes:
La diurna y la nocturna.
Por el día la playa manda y son numerosos los bañistas que recorren el paseo en busca de las playas, terrazas y restaurantes.
Por la tarde cuando cae el sol, la belleza del lugar se hace enorme, y tomar algo o cenar en el paseo constituye uno de los principales atractivos de Altea.
Una vez conocida la parte que da al mar, nos queda la parte histórica de Altea.
Su encanto y sus miradores  la hacen única, convierten Altea en un balcón sobre el Mediterráneo.
Calle Mayor de Altea
Tras abandonar el paseo y dejar atrás la Altea Marinera, nos dispusimos a ascender hacia el casco antigüo de Altea, a través de multitud de preciosas y estrechas callejuelas que, siempre hacia arriba, te trasladan en el tiempo a una ciudad antigüa y medieval.
Tremendos los desniveles que se ascienden entre casas perfectamente pintadas de blanco y que constituyen una de las postales más reconocidas de Altea.
Mirador de los cronistas de España 

La Calle Mayor de Altea, totalmente empedrada, es el último escalón a la plaza de la Iglesia, donde la Iglesia Parroquial de Nuestra Sra del Consuelo y su fantástico Mirador de los Cronistas de España (también denominado Mirador de la Plaza de la Iglesia) son una de las atracciones más importantes de Altea.
Vistas desde el Mirador de los Cronistas de España
El mirador de la Plaza de la Iglesia se encuentra en un lateral de la plaza.
Desde arriba, las vistas son impresionantes.
No se logra apreciar en la fotografía, lo maravilloso que es estar ahí arriba, con el Mar Mediterráneo a tus pies.
Sin duda, es el mejor sitio para ver la bahía de Altea y sus casas blancas a vista de pájaro.
Se alcanza a ver El AlbirCalpe e incluso muy a lo lejos los grandes rascacielos de Benidorm, de la que nos separan unos diez kilómetros aproximadamente.

Otra de las postales más demandadas de Altea es la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo.
Destaca en lo más alto de la colina, con sus dos imponentes cúpulas con sus tejados azules, que constituyen el emblema de Altea.
En la plaza de la Iglesia de Altea hay numerosos bares y restaurantes donde poder reponer fuerzas, pues todavía nos quedan unas callejuelas más por donde pasear a través del centro histórico, si bien, lo más importante ya lo hemos visto.
Lo que más me impresionó de este lugar, es que cada esquina, cada rincón, tiene su encanto, desde un comercio de artesanía, hasta una tienda de productos típicos o un restaurante que surge en un lugar donde creías que no había nada.
Sin duda, Altea es un lugar para descubrir.
Pasear y callejear por Altea es todo un placer para los sentidos.

Buenas tardes.
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