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| A unas horas de Madrid, visita a Toledo |
Viajes con encanto por España a unas horas de Madrid
Si pudiera viajar más a menudo, sería la persona más feliz del mundo.
Para mi viajar es un hobby, es abrir la mente, es desconexión, riqueza, encontrar belleza.
Las experiencias se quedan impresas en nuestra piel y en nuestro carácter.
Las fotografías reflejan una pequeña parte de todo eso.
El afán por conocer nos lleva lejos, pero es cierto el tópico de que existen lugares cercanos muy bellos y en los que la vida poco tiene que ver con la gran ciudad.A tan solo unas horas de Madrid ... Visitar Toledo
Si vives en Madrid y tienes poco tiempo para escaparte, en un día puedes llevarte la esencia de Toledo.
Se respira historia, y también religión.
Por algo reúne elementos cristianos, judíos y musulmanes.
Una regla de oro cuando estás dispuesta a hacer fotos es mirar atrás... en Toledo cada vez que miras atrás rezuma historia, cultura ... y por supuesto unas fotos increíbles.A pocas horas de Madrid ... Visitar la Ribera del Duero - Burgos
Cuando vives en una gran ciudad se te olvida que existe una vida rodeada de silencio, sencillez, soledad.
Acercandome a la Ribera del Duero, entre sus pueblecillos, una sorpresa de pueblo fue Covarrubias.
Si te acercas a Silos no te puedes perder una visita, aunque sea fugaz, por este precioso lugar.
Y como no ... si visitas la Ribera has de visitar sus bodegas, una en casa esquina ... y probar sus fantásticos vinos.
A unas horas de Madrid ... Salamanca: Béjar y Candelario
Muy cerca de la Sierra de Gredos se encuentran estos dos pueblos.
Béjar es medianamente grande, tiene su industria textil, un casco antiguo que no dio tiempo a visitar, y una increíble y monumental plaza de toros.
No soy amiga de la fiesta de los toros, pero hay que reconocer que la plaza, que ellos defienden como la más antigua de España (al parecer hay otro municipio que alardea de lo mismo), es bella.
Me gustó que diera el sol en el ruedo y se acercaran unas nubes amenazantes.
Candelario tiene muchas casas antiguas y con una arquitectura característica.
Alguna es del siglo XVIII, pero abundan las del siglo XIX.Las calles del centro están escoltadas por las regaderas.
Por ellas discurre agua, pero según reza un cartel informativo del pueblo, entre el 1 de noviembre y el 1 de febrero, años ha, discurría sangre y restos de la matanza del cerdo.
Es inquietante imaginárselo, pero lo cierto es que el pueblo es idílico y su chorizo está buenísimo.
