Una Escapada de Fin de Semana a Zamora

La ciudad de Zamora en una foto nocturna tomada desde los márgenes del río Duero

La Ciudad de Zamora, su Castillo y su Catedral.


Siempre tuve ganas de conocer la ciudad de Zamora, conocía muy poquito de ella, aunque había oído hablar de su castillo y de su catedral... pero poco más.
Es por eso, que el primer fin de semana que tuvimos libre, decidimos acercarnos para introducirnos en la ciudad, conocer sus monumentos, su gastronomía y sus famosos vinos...
Zamora es la capital de provincia de su mismo nombre, perteneciente a la Comunidad de Castilla León.
Vistas de la Catedral de Zamora desde el río Duero
Su casco histórico está considerado desde 1973 conjunto histórico-artístico.
Se encuentra a 643 metros sobre el nivel del mar y sus habitantes rondan los 64.000.
Entre sus monumentos más representativos, hay un nutrido grupo de edificios románicos y está considerada como la ciudad con mayor número de templos románicos de Europa.
La Catedral, su castillo, sus preciosas murallas y hasta otras 24 iglesias la convierten en un lugar ideal para visitar... "la ciudad del románico por excelencia".
Con estos antecedentes, se hacía necesaria una visita a la ciudad, aunque fuese de fin de semana... y nos dispusimos a ello.
Hotel Horus Zamora. Hotel con encanto.
Decidimos alojarnos en un hotel que nos tenía muy buena pinta, céntrico, cuatro estrellas y por 60 euros la noche... nos pareció ideal ...
Hotel Boutique Horus Zamora **** las calificaciones eran muy buenas y tenía un parking cercano...
Nada más llegar,nos dirigimos al Parking del mercado, subterráneo al lado de la plaza de abastos y bajo la plaza de la Constitución.
Se encontraba a dos minutos del hotel y mantenía un convenio con el mismo.(Pagamos 12 euros el día).
El hotel aunque antiguo, estaba bien equipado, con tv con pantalla plana(aunque colocada en un lateral...), wifi gratuíta,y en general muy coqueto.
Fue una buena base de operaciones para conocer la ciudad.
Vistas de la Catedral de Zamora
Tras instalarnos, bajamos a callejear un rato.
Muy cerca del hotel y de nuestro parking, estaba la Calle de Santa Clara que es una de las más concurridas y con más vida de la ciudad.
Desemboca en la Plaza Mayor de Zamora.
Un placer callejear por ella mientras nos acercamos a la catedral.
Desde alguno de sus callejones aledaños, existen unas vistas del río Duero que envuelve la ciudad espectáculares.
Es recomendable desviarse un momento al menos, para acercarse y contemplar el discurrir del Duero por la ciudad.
La catedral de Zamora es la más pequeña de las once que hay en la Comunidad de Castilla León, pero es visita obligada...
Casi al lado, se encuentra el Castillo de Zamora, al que se accede a través de un arco y un callejón desde la propia plaza de la catedral. (A la derecha en la foto superior).
Castillo de Zamora
La ciudad de Zamora siempre fue un importante bastión en los distintos reinados medievales, de aquí la importancia que tuvieron en Zamora las fortificaciones, las murallas y el castillo.
Este castillo datado del siglo XI, se conserva en buen estado tras su reconstrucción, y se puede apreciar su foso completo,el patio de armas, la torre del homenaje,etc.
Los jardines de alrededor son un estupendo lugar de paseo y con unas preciosas vistas.
Las fotografías del sitio son obligadas ...
Con tanto paseo nos metimos ya bien avanzados en la tarde con lo cual decidimos irnos al hotel para disfrutar de otra de nuestras pasiones...
la gastronomía.
Ahora tocaba probar los platos y los vinos de la zona.
Desde la Plaza Mayor de Zamora se inicia un callejón que en su camino hacia la parte baja de la ciudad esconde buena parte de los lugares de tapas y de la hostelería más típica de Zamora.
De entre todos los recomendados que puedes ver en cualquier consulta sobre Zamora, escogimos dos:
* Portillo de la Traición, especializado en tapas y pinchos variados.
* Restaurante Bar La Sal, especializado en raciones variadas.
Cualquiera de los dos es totalmente recomendado para picar algo en Zamora.
Más informal el primero, más para sentarse a comer el segundo, pero con gran sabor cualquiera de las tapas y raciones que tomamos.
Tras eso, un café especial en la Plaza Mayor, y retirada al hotel... al día siguiente tocaba retirada.., no sin antes agenciarnos unas cuantas botellas de vino de Toro en una tienda de delicatessen de la zona vieja...
La fugaz visita a Toro también merece la pena... pero eso os la contaré en la siguiente entrada...
Un saludo y buenos viajes.